Los datos avanzan un crecimiento del PIB superior al 0,7% del cuarto trimestre. Construcción e industria también tiran del empleo.
El empleo no ofrece señales de ralentización, sino de fortaleza. Tras un crecimiento de 162.000 afiliaciones en marzo, superior a los 127.000 estimados inicialmente, el empleo alcanza ya los 17,9 millones de cotizantes y, de mantener la actual tendencia, superaría la cota de los 18 millones este mes de abril.
Si bien es cierto que una parte sustancial de este crecimiento se debe a la estacionalidad propia del mes -marzo suele registrar una mayor actividad laboral que febrero-, la otra parte se explica por la positiva coyuntura del mercado laboral. Así, una vez eliminado el efecto estacional, la ocupación aumenta en casi60.000 cotizantes.
La novedad, en este caso, es que el crecimiento de la afiliación no sólo recae en el sector servicios, como era la tónica en los años anteriores, sino que está más repartido con la construcción y la industria. Así, en los tres primeros meses de este año, los servicios explican el 65% de la creación neta de afiliaciones, cuando en 2015 y 2016 la contribución era superior y se situaba entre el 80% y el 90%. Un crecimiento más diversificado del empleo es una buena noticia.
La contribución al crecimiento de la construcción se sustenta en el segmento de la vivienda residencial -dado que la obra pública apenas crece- y parece confirmar una tendencia ya apuntada hace dos meses de una mayor actividad inmobiliaria. Como se puede observar en el siguiente gráfico, las licencias de obra se sitúan en el inicio de año en torno a 65.000, cuando un año antes estaban rondaban las 50.000. La construcción residencial podría ser uno de los factores dinamizadores del PIB en este año.